la Desi tiene un oído aquí y otro en Guadalix

La Desi ha conseguido que venga. Y aquí me quedo un ratito. Esa mujer tiene lo que hay que tener para jugar con las palabras. Y para sentir de verdad. Así que no pretendo otra cosa que hacerle compañía. Desde este solitario rincón perdido en algún lugar. Entre los infiernos y las nubes. Si existen los infiernos esa mujer de niña ha tenido que vivir en ellos. Si existen las nubes y existe la luna nos tienen que traer aquella niña hecha ahora mujer con sueños. Ella sí que siente el vértigo. Porque la Desi tiene en una sola pestaña más juego que todos los pelos del resto juntos y digo pelos por dios pelos he dicho pelos. Pelos que pierden las importancias entre ortopedias en vez de mujeres de verdad sean como sean. Nadie (y decimos nnnnadieeeee) nos la baja de la nube. Y si hay que investigar, tú Desi tranquila (¿Tranquila?¿He dicho tranquila? Sí oh dios he dicho tranquila.) Tú tranqui, Desi! Que aquí te investigamos y te curioseamos todos esos alrededores de las superioridades que te ningunean. Ésas tan estúpidas que no levantan palmo del suelo pero que roban ilusiones y las hunden a bocajarro con esos de veces en cuando que proyectan las miserias ajenas. Sonríe a veces tan triste la Desi..