LO IMPORTANTE VIP

   Lo importante de esta entrada es la última frase. Lo demás, una insignficante anécdota en el mar plagado de estrategias y desconfianzas que reina en la casa. Y paja . Con ella empiezo. Kiko Matamoros es acusado de querer más al hijo de Makoke que a los suyos. No tengo ni idea pero sí me molesta esa acusación de querer tanto a un hijo que no es suyo. Su pareja aportó a la convivencia un niño pequeño, desde los tres años se conocen dijo el otro día Makoke contestando a algo. Cómo no vas a querer a un niño que vive contigo desde los tres años igual que a un hijo y que es hermano de tu hija que también convive contigo. Cada vez que oigo sacar el medidor de cariños propios y ajenos me acuerdo de los niños adoptados, ahí sí no se muestran dudas. Queda mal. Luego viene la parte en la que un padre no ha convivido con sus cuatro hijos habidos en relación anterior, claro que los querrá, y me quito todas las circunstancias menos una, la del rostro de satisfacción orgulloso que sintió ese padre cuando Laura el otro día sacó la cara por Javi ante la disyuntiva a la que lo sometió Carlos Lozano. Le brillaban los ojos, ese caracter de Laura, se parece a mí...

     Laura ha ido comentando por la casa que Javier no es él, que así no es, que esto que lo otro, lo curioso es cuando le salió su vena protectora y además, en la sombra quiere protegerlo e ir de la mano con él. Le decía anoche a Raquel Bollo que es un buenazo, que necesita a veces un empujón, que mejor que ella no lo conoce nadie. Y Raquel le contestó que antes de nominarlo a él le nominaría a ella, a la propia Raquel, con la que parece tener una muy buena relación. No no. Igual le nomino. Ya te digo yo que no. Raquel estaba tan contenta de que Laura había sacado la cara por su "hermano". Ha debido hablar Laura con Javier en más de una ocasión porque le decía a Raquel, según sus palabras, que advirtió a Javi de que observara bien la casa y de que se iba quedando atrás porque todo el mundo está jugando y le aclaraba a su interlocutora que Javi es muy inocente y no se da cuenta de las jugadas. 

    No lo sé. Lo veremos. El caso es que cuando los observo, a todos, en esos momentos más críticos en los que largan con unos de los otros, los hay quienes me parecen mucho más reales y quienes más sobreactuados. Y Javier me gusta cuando visiona con láser a los compañeros. El láser lo pone su amigo Fran Nicolás. Hacen un tándem perfecto. El guapo y el frágil, el carcasa y la mente, el directo y la ironía. Y no tiene por qué ser siempre así, puesto que se complementan muchas veces donde el uno parece el otro. Les acompaña un Mister muy básico, produce ternura pero no es suficiente. Compone el vértice de ese triangulo en el que su función es la de ser manipulable, ya lo dijo Nicolás al cuadrado, es lo bueno que tiene y también lo malo. Gran verdad universal con dos tercios de tres al loro. Ya veremos también si el tercio restante apoya la moción en confesionarios a la hora de la verdad.

    Un miércoles por la noche en Guadalix de la Sierra es de lo más variopinto. Lo que más abunda son los bostezos. Después, los paseos de flor en flor, grupo a grupo, concursante a concursante. Cuchicheos sorprendentes, qué raro uno hablando con el otro, el otro con la otra y se llevó la palma Lucía Hoyos, que parecía sorprender a modo general por toda la casa. Que si se nomina en positivo, que si se nomina en negativo, que nos sorprendan y todavía nos jodan más los cabrones vino a decir un clarividente Carlos Lozano que apareció de la nada con las narices congestionadas y estrenando cama. Un ramalazo vip en plena víspera de nominaciones, desaparecido en combate igual que  Rosa Benito o Rappel. Los demás, en plena efervescencia, todo lo contrario que ese Carlos que parece llevar nominado toda la vida observando las histerias ajenas relajado a su aire más on the rocks que on the onda.  

     Y dicho todo esto,  la anécdota podría parecer el mosqueo señorial y lleno de decencia televisiva qe se agarró Belén Roca en la radio con Fran Nicolás y Javier Tudela. Debió salir a colación que cogiera el micrófono. No te confundas con el de Fran, o algo así, le dijo Javier. Igual que a alguno de vosotros os podría haber sonado un poco raro lo de "colación", a ella le sonó fatal "micrófono" y se sintió mal porque ella tiene hija y familia y a ver cómo iba a quedar. Esto lo habló después con Javier en la cocina no sin antes pasear su indignación por distintos compañeros y estancias. Sonaba terrible. Cuando llegó el momento, Javier se extrañó, pero si nos conocemos y siempre hemos bromeado, pero tío dijo ella y siguió con sus explicaciones, a lo que Javier añadió un dato que tenía más fundamento que el perejil con Arguiñano, y era que cuando le dijo que cogiera el micrófono ella comentó de broma "con la necesidad que tengo" a lo que él se la siguió generando por lo visto tan extraña confusión. Asi cambia la cosa. Pero lo mejor viene después, cuando ella se va con su honra salvada tiki-tiki hacia otros puertos gehacheros. 

     Se quedan en la cocina los dos, compuestos y sin rubia. El guapo y el frágil, el carcasa y la mente, el directo y la ironía. Se miran. Pasa un segundo. Otro segundo. Entonces uno dice algo y el otro contesta. Grandioso momento con espectacular razonamiento de la razón de ser de su encierro entre jacuzzis y cocinas y confesionaros y camas con rayas y muchas cámaras. Dice Javier Tudela, apenas perceptiblemente: "Esto no ha salido de ella". No necesitó decir más porque Fran Nicolás enseguida remató: "Yo me encargo".