DE CAYO BIBIANA A CAYO BIBIANA

     Cayo Bibiana no es un asilo con una ancianita y un montón de jovencitos entusiasmados en prácticas. Aporta glamour hasta para una Chiqui a la que sin cegarse por la pleitesía seguramente le hubiera aportado un grano en el culo. Montes recordaba que el hecho de que Bibiana le preguntara si había visto su pareo era una forma de decir que se lo llevara. Como para hacer algo pensando en el grupo. La colaboración de Bibiana en la isla de la que ha sido expulsada ha sido la misma que ejerce trabajando en el plató de Ana Rosa Quintana donde seguramente le paguen un sueldo directamente proporcional al servilismo implícito que reclamaba de sus compañeros de concurso sin pedirlo de palabra, así,  sin querer, igual que el esfuerzo que le supone llevarse el dinero que le pagan por su trabajo, sin darse cuenta. Un trabajo que consiste en estar sentada y hablar. Hablar, hablar, hablar. Radio Bibiana. Ahora va a resultar que no la hemos entendido. No ha demostrado la más mínima empatía por sus compañeros, y, escuchándola en televisión, esa empatía popular de la que ha carecido es el envoltorio con el que adornaba de bonito todas sus palabras. Cuando junten a los de las dos islas, que propongan a los bonitos que sólo puede pasar uno, a ver si tienen la deferencia de largarse y dejar su puesto a la encantadora viejecita. Qué altruismo el de esos sueldos humillados ante el glamouroso y gordinflón soberano lleno de orgullo y satisfacción de la mejor colaboradora de colaborar en lo suyo y para lo suyo.

Bibiana Fernández, "explicacionista" profesional

     Hay que decir a favor de Bibiana que cuando llegó al Cayo Paloma de los Viceversa  no trató de apagar el fuego que tanta rabia le dio compartir con ellos ni saquear su despensa de aceites y azúcares, algo más que probable teniendo en cuenta las crónicas de sus propias psicopatías anunciadas.  Resulta curioso, muy curioso, que en la prueba de recompensa de la pasada gala fueran sus ex compañeros quienes se llevaran todos los medios kilos comestibles habidos en el reto en un único enfrentamiento entre concursantes, sin opción a dividirlos y repartirlos entre las dos islas.

     Si Bibiana es lista tendrá en cuenta que aun siendo uno de los personajes más populares y queridos del panorama rosa de este país ha perdido ante dos desconocidos con apenas seguidores y si quiere rectificar y corregir depende de ella, puesto que su arduo trabajo del día a día real viene siendo desde hace muchos años el de quedar bien ante las cámaras con  la ley del mínimo esfuerzo.

     Es el tiempo de su rival en concurso, que repite nominación junto a un Yong Li mucho más camuflado y una  Ronalda sin poder disimular lo desagradablemente encantada que está estrenando nominación. Un Rafa Lomana que tendrá que recordar que su papel victimizado es el que le ha dado la victoria en esta batalla. A ver si aguanta sin un ataque napoleónico de prepotencia y soberbia que ya anunciaba en su presentación y sigue mostrando ese sí pero no, o ese querer y no poder que le adorna con la mediocridad suficiente para seguir arropándolo desde este lado de la pantalla. Sorprendentemente Lomana está mostrando sentido del humor, que llama la atención en esa sequedad de palabras cortantes, conforme avanza su asentamiento en la supervivencia, lo que abre una puerta a que tal vez haya que esperar lo suficiente para descubrir un tipo interesante en el que la chulería o la prepotencia sólo sea un punto en contra de muchos a favor. Ayer mostraron en el debate "Las Lomanadas", luego las comentamos, junto con el debate y las imágenes nuevas de los resúmenes. Por el momento, adelantamos que si Lomana tuvo la gran suerte de encontrarse arrinconado por una Bibiana castradora, un Nacho Montes alcagüete, una Katia Aveiro insolente y una Leo Margets metida en una rotonda de la que no sale ni con un repoker de tontos, ahora seguir trayecto junto a Carolina le puede volver a resultar muy productivo. Y mucho. Una Carolina Sobe que si en los platós resultaba exageradamente empalagosa, en el concurso está sabiendo buscar el espectáculo con una dosis de inteligencia divertida y fresca, acompañada de confesionarios bajo la sombra de una palmera que muchos cirujanos quisieran para sus manos.

     Luego volvemos. Por ahora y por si acaso nos retrasamos un poco, ya tenemos algo para abrir la encuesta de la próxima expulsión.