DIEGO MATAMOROS Y UNA SOSPECHA PRECIPITADA

Por fin he visto la Gala del pasado lunes, y además he prestado especial atención a lo que más curiosidad me provocaba mientras atendía otros quehaceres y veía la pantalla sin voz con un Amador Mohedado y un Diego Matamoros delante de un plato de comida. Uno y uno, digo bien, porque tengo la duda de si podían haber sido dos y uno o tal vez pleno al dos. Es decir, me pregunto cuál de los dos sobraba para la gran idea de alimentar con jamoncito y queso, aliñando con cerveza,  a los dos concursantes haciendo un lapsus entre corchetes y puesto por alguna imposición de gran cerebro pensante. Y así a lo pronto, sólo se me ocurre que Amador está ya muy grandecito para que sus papás se preocupen de si merienda o no, además de ofrecer a la cámara una vitalidad que todavía le sobra y le da para hacer mucho juego delante de las cámaras. Así que sólo me queda uno, que además, mientras escribo estas líneas me recuerda tanto a un retoño de águila calva en espera de la lombriz gigante que su papá le lleva en bandeja. Que no es así? Perfectamente, tal vez desvarío y veo ese reflejo de la sociedad en Supervivientes que no existe, igual que el reflejo de alucinación que me devuelve la pantalla del pc cuando pienso en esa chorrada de reconciliación, reunión o como se quiera llamar. Y ahora mismo también, pienso por vez primera que podría explicar la poca sangre con que ambos atacaron el jamón y el queso, que más bien parecían dos azafatas de mercado de grandes superficies tratando de que fuera el cámara quien degustara el producto, y sí, ahora parece que estuvieran los alimentos electrificados con la mala conciencia del que se sabe en la trampa de obtener un beneficio por puro enchufe y gran inteligencia pensadora sin un pelo que le estorbe en el habla y el pensamiento.

    Aquí corto la entrada que estaba escribiendo porque acaban de decir que Diego ha sido evacuado de la isla por problemas de espalda, y como luego hay última hora, más bien dentro de diez minutos, y más tarde debate, no quiero de dejar de decir antes un par de cosas, además del párrafo anterior que hace mención a ese plato de queso y jamón que no venía a cuento. ¿Van a dar hoy jamoncito a Nacho y Katia frente a una mesa, o a Nacho y Carolina o a Nacho y Abraham o a cualquiera de ellos y a Chiqui? ¿Desde cuándo las diferencias se comentan frente a unas tapas y una cerveza, sin una Sánchez Silva que les ponga tiempo o que siquiera finiquite el momento delante del espectador quitándoles la comida de las manos, allá los dejaron, tranquilamente, y no le pega precisamente a Amador esa necesidad ni esa fortaleza. 

     Creo sinceramente que los recados entre padre e hijo van y vienen con el privilegio de estar en los adentros del engranaje, y además, igual que se nota en la cara de Rosa su interés personal por su Amador, se nota también el canguelo en todo lo que respecta a su hijo en el concurso por parte del valiente colaborador que ataca a todo lo que se mueve con tal de chupar el plano que tanto recrimina a Lydia Lozano.  Su hijo es carne de gimnasio, como la mayoría de los que han ido, es entrenador además, y ahora tiene problemas de espalda, las delicadezas abundan cuando el gimnasio tiene más de vida real que de punchings, estáticas, barras y pesas. 

     Si Kiko Matamoros piensa que su hijo, y representado, no tiene nada que hacer en el premio y considera que volviendo el caché para platós y tal y tal haya subido algo, ya que algo tiene que subir del día cero a ahora su estancia en el concurso, pues apaga y vámonos. Para el plató, digo. ¿Que me equivoco? Pues rectificaremos, pero ya lo del lunes me mosqueó y ahora el chaval se va, y así como hay quien duda si hay concursantes de primera o segunda (que por cierto las declaraciones de Bibíana en su programa de las mañanas son para enmarcar en el Libro Guinnes de los Récords), pues con Diego Matamoros tenemos un claro ejemplo de que es concursante de segunda para lo nuestro de los realities pero muy de primera para lo suyo de los privilegios. Luego veremos. Pero no vamos a ser menos buenos que Kiko Matamoros en lo suyo. 

    Hasta mañana.