Las casualidades no existen por casualidad. En estos mundos que parecen tan grandes pero que son en realidad tan ínfimos comparados con el vasto universo allende las capas de las atmósfera, de repente surgen pedazitos de memoria que significan en el recuerdo mucho más de lo que parecía.
GHVIP se ha caracterizado por la estrella que ficharon, pero también por tu insistencia en hacer un concurso por el pueblo y para el pueblo. Para que decida el pueblo. En esto consiste precisamente los grandes hermanos, nos traen hasta nuestros televisores distintas personalidades y somos el pueblo que tú dices quienes decidimos los que se quedan o se marchan. Nos pueden esquivar durante el concurso mediante la no nominación pero finalmente todos los concursantes caen en nuestras manos.
El problema de Belén no ha sido que ha ganado, ha recibido más votos y ha ganado. Tal vez haya votado Paolo Vasile con su poder económico infinitamente superior al del pueblo. O Toño Sanchís, que como buen representante puede invertir un porcentaje importante del caché de su estrella en buscar que la princesa resurga otra vez como la más querida por el pueblo. O simplemente sus seguidores, votico a votico, siendo muchos, lo hayan logrado. Esto puede ser, querido Coman.
Pero lo que no es normal es que tengan que anunciar que sea Belén la ganadora justo antes de poner los créditos y que tenga que donar el premio a la beneficencia a la espera de que le caiga algún tomatazo, eso se palpaba, querido Coman, como el desencanto del espíritu del plató (¡toma espíritu, eso sí que fue espíritu!) Aquello parecía el inicio de una guerra en vez del jolgorio de una fiesta. ¿Cómo es que no han sido capaces de encontrar un pueblo palmero que aplauda a la ganadora? ¿Cómo se explica esto? ¿En qué falla el reflejo de la votaciones? Todos los ganadores de todas las ediciones han tenido un recibimiento digno de su merecimiento, han recibido la noticia quedándose solos en Guadalix y siendo ellos los que cierran la puerta. Sin embargo, ante la victoria de Belén Esteban han necesitado que tu Agüita la escoltara, las dos juntas, en el camino, en la entrada al plató y en la entrevista. No supimos si entrevistaban ganadora o finalista hasta el final. Y cuando justo antes de terminar el programa Jordi González anunciaba la ganadora, todos los palmeros acusados de serlo son los únicos que lo celebraron. El público en general empezó a abuchear y no pudimos seguir viendo porque finiquitaron el programa con este tan triste final, el de ver una mujer a la que tienen radicalmente engañada.
Dice que no es su culpa si los demás le tienen miedo o no le dicen las cosas a la cara. !Pero si le han construido una realidad paralela dentro de la propia realidad y fuera del universo Gran Hermano para decirle que es la ganadora! La diferencia con el concurso 'Mira Quién Baila' es toda. Toda. Belén no sabía bailar, más bien en aquellas penosas circunstancias de las que está ahora tan orgullosa de haber salido, claro que sí, fantástica mujer que lo ha logrado en ese aspecto, pero a aquella mujer que no se sostenía ni siquiera de pie la quiso el pueblo como ganadora. Enfocaban lo grabado y lo bonito, su fuerza y su coraje, y el pueblo la quiso ganadora. Pero ahora no ha sido así.
24 horas al día son muchas horas para soslapar poco menos que una dictadura. Se ha impuesto a los concursantes, al super, a las altas esferas, pero no ha podido imponerse al pueblo. Su treinta y seis por ciento de share no ha comprado al pueblo. Verla no es quererla. No entiende que dirigirse a Olvido con un "cuando te digan perrito meneas el rabito" es una ofensa y una falta de respeto grandísima. A ella los dichos españoles hay que adaptárselos como le adaptaron la final. A Belén hay que decirle que cuando le digan potorrito menee el concursito, con todos mis respetos, como dice ella. Necesita mucha madre y mucha realidad para ir por la vida sin tantas ínfulas y tantas tonterías. Belén no. Belén Esteban. Y su Andreíta, quince años, por ley de vida y de ilusion la última que se va a negar a salir en plató...
la estrella que ficharon |
el Jordi el Jordi, decía en la casa que Jordi estaría junto a su hija cuando hablaron por teléfono y calló enseguida percatándose de lo que no puede ser, si es que a la niña le hará toda la ilusión del mundo, pero los adultos que la rodean saben que es lo peor que pueden hacer y ese Toño representante no ha querido mantener a la niña fuera de esa vorágine, protagonista absoluta en dos de los puntazos de máxima audiencia. Todo un empalagoso engranaje que no es el real, no existe este tipo de madre coraje. Mi sensación es que el nombre de su hija todo el rato en su boca no es sino una reivindicación que le duele en lo más profundo ante un padre del que disfrutan los otros dos hijos. Pero los hijos tampoco se restriegan y no son las formas y nadie le dice nada como nada le han dicho dentro de esa casa. Encerrada para aprovechar y fichar al padre torero y su señora campanario. Pobre Belén. Me da pena porque aún así es la más inocente de esta parodia llamada explotación. Y cuanto más lo pienso, más pena me da la princesa del pueblo, que ella vive con esa creencia, con un representante que tiene como familia pero que ha permitido que todo el país vea cómo con los defectos y las miserias de su amiga se pueden inflar los bolsillos del dueño de una cadena de televisiones que no mira más que por los ingresos de los anunciantes y le importa un huevo si su princesa se convierte en orco o tenga una recaída mental incurable porque ahora no le concuerde su victoria de adorno con la aplastante derrota de su imagen pública. Sin sus veinticuatro horas de vigilancia intensiva ya no pueden mantenerla en la ignorancia de que su hija de quince años es plenamente consciente, como el resto de toda su España, la que no le quiere y la que sí, de que ha sido durante dos meses el hazmerreír del pueblo.
Si Belén Esteban hubiera sabido lo qué se cocía por redes sociales, anarrosas y sálvames, hubiera salido de la casa sin dudarlo. Como tantas veces lo habrá intentado, otras tantas habrán conseguido retenerla dentro de ese confesionario. Salió tan bien aleccionada... no importa, decía sonriendo ante los abucheos... le desapareció la chulería igual que aquel pintalabios rojo fuerte fuera de su alcance a la mínima de cambio y tantas y tantas cosas, por eso seguramente confiaba en que podía confiar en quienes le mantenían dentro.
A la primera de cambio Gran Hermano ha expulsado a Vanessas (jó-deté-pobesica), Martas, Aidas, Inmas pintadas como puertas y Lucías, auténticos angelitos al lado de Belén Esteban. El caso es que las cámaras no nos han dejado ver más allá de sus inicios para terminar valorando lo que engancha realmente en este producto, la parte del ser que deja a un lado la superficialidad, como fue el caso de Omar; que tal vez nos engañen, pero de eso se trata también. A Belén Esteban el pueblo no la ha podido expulsar porque la sombra de las vacas sagradas es alargada y así nos han ido mostrando su interior durante dos largos meses. Su forma de meter cizaña y atacar con veneno han dejado una sensación de mala persona que tal vez se cure con el tiempo y mucha fe. Mucho micrófono del que queda bonito delante de cualquiera.
Por primera vez en todos los Grandes Hermanos sentí la gran estafa, no porque ganara quienes ellos llevaron a lo más alto del podium, sino porque fueron unos cobardes a la hora de prepararle la Gran Final. De tapadillo y disimulando, poniendo en sus manos un maletín que no merecía, donando los cien mil que había dentro por ganar un concurso que le ganaron otros mientras ella se empeñaba en perderlo como burra sin remedio y en el que mucho menos ha peligrado su permanencia, que la han tenido secuestrada dos meses a golpe de lo que nos mostraron con tanta claridad el pasado jueves, a golpe de falacias y engaños, y suculento dinero que al fin y al cabo es el poderoso que la ha mantenido dentro y ése no considera oportuno donar a causa ajena a sus intransigencias. No es que no mereciera ganar un concurso, tal vez la que más, el problema es que los demás que también concursasteis lo merecíais igualmente. Y al menos que se refleje lo que se quiere mostrar. No es normal, no se puede engañar así a toda una audiencia. No se pudo reflejar en el plató la grandeza de la ganadora porque el pueblo que tú dices, Coman, no la quería de ganadora.
Desde que ha ganado, todos sus compañeros de cadena dicen que ahora tiene que ver vídeos y darse cuenta de su tiranía, de su prepotencia, de sus imposiciones. Reprochan continuamente su actuación en el concurso, ¿es acaso eso normal en un ganador? Dicen que Belén ha estado siempre hiperprotegida (Jorge Javier lo dijo en el Deluxe del viernes, algo que Patiño no entendía porque su mundo de muñequitas encima de la cama no le da para pensar que la protección es la de quienes la explotan). El caso, Coman, es que el pueblo está indefenso, no había princesa, había bruja, tramposa, tirana. Han engañado a la audiencia, pero Belén está ya en su casa, y por mucho que diga "a tomar por culo", " que se jodan" y esas "lindezas" que le caracterizan, se ha dado cuenta de que tras las paredes de telecinco hay vida, y que su madre suplicó que la echaran, y que su amiga Mariví tuvo que pasar a ejercer su defensa sin abrir la boca y con la sonrisa postiza para la cámara que la enfocaba, y sobre todo, que su segunda familia, los de Sálvame, la dejaron de lado. Cerraron filas, sí, pero para no hundirla se tuvieron que limitar a ignorar el concurso, salvo para el obligado cumplimiento de un Kiko Hernández defendiendo lo indefendible amasando su reputación en una nueva harina corrompida y despreciable. Y todo esto, se lo contará su Miguel si la quiere de verdad. Que no nos importa lo que dijera puntualmente de Angela, sino cómo se ha comportado con ella, con todos, y sobre todo con Olvido Hormigos. Y eso no es de campeones. Ni lo que el pueblo ha querido, Coman.
Y esta noche en el Debate asistiremos a una nueva hiperprotección de Belén Esteban. Y antes de empezar a escribir me he dicho que siendo fundamentalmente como eres muy buena persona, no se trata de pedirte que ataques a alguien que necesita frente al pueblo de tu protección como la necesitó Olvido en la casa frente a ella. Pero eso tampoco siginifica que haya que bailarle el agua y reirle las gracias. Lo que está mal, está mal y se puede decir. Y tú eres la esperanza del pueblo. Porque Olvido no lo hará, como tampoco lo hará Angela o Chari o tantos otros. Ellos necesitan del silencio frente a sus jefes como lo necesitamos los demás frente a los nuestros. Pero tú Coman, después de tu paso por el concurso que no ha sido tal concurso, con un premio que no ha sido tal premio, has demostrado que el pueblo si te necesita te tendrá. Y el pueblo te necesita esta noche más que nunca. Esta noche sólo tú, querido Coman, eres nuestra esperanza.
Y mientras tanto, en el fondo de mi corazón, como una niña ingenua esperando que los cuentos sean mágicos, albergo la convicción de que a Belén no se le hizo ganadora dentro de la casa de Guadalix porque no quisieron mancillar al menos la final que merece un ganador de verdad. Como un cameo, pero a la contra. Porque GH es vírgen y siempre lo será.