no es gh para humanos

     Elettra está por encima del bien y el mal. Pégame pégame. Propongo que en vez de darle el par de tortas  que lleva días pidiendo a gritos, que aunque no está muy bien visto siempre es preferible al arsénico en el desayuno, Aída o Abad le escupan en el copón de lo que sea  que beba posteriormente con deleite  y luego le pongan las imágenes en prime time, en vez de marearnos con los sorpassos tan ingeniosos con que nos sorprenden cada Gala.

     Tampoco es Elettra la gravedad a tratar. Que tenía que estar expulsada es tan evidente que lo grave ronda ahora en los que se crecen ante la impunidad aplaudiendo con fuerza aquello que no parece ser castigo.

     Alejandro Abad reacciona ante las situaciones límites en las que se ve inmerso de manera tan desvalida que con el paso de los días el hecho de abandonar seguramente le parezca la única salida como la salida que toman fuera de juego aquellos que no soportan seguir viviendo.

     La desespeación humana llevada al límite en un puto juego.

    Pero no es lo que más me ha llamado la atención. Ni siquiera Irma Soriano, junto con el resto, mirando impasibles cómo la italiana acosaba a Abad desde la provocación y la agresividad con que una mujer sí puede porque no sé, en algún sitio debe estar escrito que queda más bonito. Nadie, que nadie le parase los pies ni le afeara la conducta, los gestos, las palabras, al grito de pégame, al grito de cojones, al grito de jefa de pandilleros, al grito de la decisión de que saldrá el jueves quien ella ha decidido, al grito de una puta macarra insoportable de la que intuyo que no tiene nada que ver con las hijas de la Sorianao y sin embargo parece que Irma es feliz y está habituada al ambiente de la niña como si fuera ella misma quien la hubiera criado. Y lo mismo para Emma Ozores. Mucho más grave todavía. Su impasibilidad me recuerda a los que ven y permiten, a los que callan para no ser salpicados, a los que ni están ni se les espera. Y desde el punto de vista del concurso, como jugador, no sería en absoluto reprochable pero hasta cierto punto siempre, porque de repente un hecho fuera de lugar sitúa el valor de cada uno en la única realidad, la vida que vale, la única que tenemos, fuera del juego o dentro.

     Sergio, ese concejal. Impresionante documento. 

https://twitter.com/mismimos/status/829027808252985344. Los tres vídeos no tienen desperdicio. Resumen de tres momentos que lo dicen todo. Sin juego de por medio. Con el tapete por montera pero totalmente desmontados, como muñecos de piezas desencajables donde los cojones del concejal y la humanidad del Gibaja habría que reclamar a fábrica por no encontrarse en la caja y devolver todas y cada una de las piezas de una Ozores que asiente a todo y lo mismo le da firmar risa que muerte con tal de pasar desapercibida hasta llegar al maletín.

     Todos han cerrado filas contra Abad porque le consideran el gran favorito para ganar, y utilizan a Aída Nízar, que de contrincante no les preocupa en absoluto, como arma masiva para destruirlo. Sin pudor y sin remordimientos. Con la calidad monetaria que pita cuando la humanidad no sobrevive al cruzar una espacio minado por cajas registradoras.

    Yvonne es punto y aparte. Sin comentarios.

    Sin comentarios a partir de este párrafo. Aida le pregunta en el jardín a Ivonne si de verdad le cree capaz de inventarse que Sergio apareció blanco para comentarles que Yvonne se metió en su cama, apuradillo el hombre debía de estar, vamos, algo así como comentando la jugada del rechazo dejando a Yvonne en no muy buen lugar, y esto es escuchado desde el salón por el propio protagonista que, en vez de levantarse y con dos cojones salir a encararse con Aida al jardín a decirle que se meta en sus asuntos y a defender a Yvonne o al menos a callarle la boca a la otra, está relajadamente escuchando la conversación y comentando la jugada desde el sofá junto a Eletrra, Marco, Irma, Enma y Aless Gibaja. Con  parsimonia, no se vaya a herniar ante el apuro de la mentira que dice estar escuchando mientras Ivonne se enfrenta sola ante la terrible humillación con las cámaras grabando a discreción en el jardín. El concejal ricamente en el salón debatiendo con los otros sobre si es o no es así o si la señorita Aida se lo está inventado. Es alucinante. Sobre todo que la carpeta siga en pie. Con dos cojones. Los dos que le faltan al tibio concejal para decir una palabra más alta que otra.

    Y por si fuera poco, en la misma conversación me encuentro un Gibaja que dice textualmente: "O sea, me da vergüencita o sea que todos los niños que me siguen vean a esta señora". Y en esa misma conversación Irma les recuerda el comentario desafortunado que hizo Aida en Crónicas Marcianas y que le costó el puesto de trabajo, ya que Sardá le echó del plató y el programa después de que a un chaval en silla de ruedas y que estaba en el público, le dijera que cada uno tenía lo que se merecía... Le ha debido de decir Aida a Irma que es un error del pasado, pero a Irma  le parece "un error muy gordo, muy grave, muchas personas minusválidas se sintieron..." . Ante esto Gibaja dice: "A mí sinceramente me parece más fuerte eso que una persona que ha estado conduciendo alcóholica o borracha y pilla a alguien sin querer, me parece más fuerte eso que lo otro".... Emma Ozores, asiente "ya... porque hace mucho daño" y Gibaja

"ya, porque hace mucho daño..." asiente Ozores a Gibaja
mucho mejor que te atropelle un borracho, dónde va a parar

añade: "Te lo juro". Imagen de Ozores que os traigo mientras se lo dice mirándole impasible. Después de sembrar la Soriano su semillita. Zen muy zen todo, muy zen la señorita Ozores, muy superconsejitos el chico Gibaja y malísima Aida, la que en su día le dijo semejante barbaridad a un minusválido y que tanto daño ha hecho a lo largo de su paso por la cadena que le pagaba por aquellos pasos que daba. Partes contratantes. Y todo esto, la época marciana, sin un twitter que llevarnos a la boca, donde queda tan gracioso poner a parir a Alejandro Abad y Aida Nízar con insultos y barbaridades que dejan a la simpática Eletrra o el pizpiretto Gibaja o la dulce Emma, por no decir la gran profesional de Irma, en simples personitas adorables concursando sin hacer daño ni llamar estridentemente la atención como llama una zanahoria en manos de Daniela la Rosa, esa señorita también nominada y a la que no he nombrado, que le dicen manipuladora. Origen de la bronca entre Abad y la de los coches de lujo. Azuzando para no salir ella escaldada. Y visto así, depsués de todo lo escrito, no sólo tiene su mérito, sino que hay que reconocérselo como una gran jugadora con sus cartas muy bien jugadas.

      Si a Aida Nízar le echaron de Crónicas Marcianas por decirle a un minusválido que cada uno tiene lo que se merece, ¿qué habrá que hacer en Gran Hermano con Aless Gibaja  por decir que es preferible que nos atropelle un borracho a que nos digan cositas feas? ¿y a Irma Soriano? ¿o Emma Ozores? ¿o el tibio concejal o los italianos hijos de papás ricachones? ¿por asentir todos ellos a semejante asquerosidad de comentario? Generado además por recriminar con toda su puta desfachatez lo que Aida Nízar dijera en su día. Esto se llama olvidarse de la vida para concursar. Con juego sucio. Sin reglas. Traspasando los límites que no hay que traspasar.  Una cadena cuya única frontera que conoce en el juego es la del puto sorpasso. Ante la estafa no hay dignidad que entender. Jauría de monstruos rabiosos que no van contra esa Aída que no les preocupa lo más mínimo, sino contra quien temen con mayúsculas y consideran el portador del cheque que bajo ninguna circunstancia pierden de vista. Alejandro Abad.