LA SÉPTIMA OLA DE AMADOR (I)

          Desde este Palafito dicen que no es justo la repercusión mediática que provocará el encuentro de Amador con Rosa en vez de los méritos de un Abraham que se deja la piel y su más que descarada juventud y fuerza en las pruebas del concurso para conseguir resaltar como el mejor superviviente y el más salvador de todos. Si esto fuera un concurso de supervivencia tendríamos una docena de Lomanas pululando por la isla, y sin embargo tenemos un Rafael Lomana totalmente desperdiciado en el palafito, que le da el punto de documental que no tiene el concurso pero que le roba absolutamente el protagonismo y lo que es peor, la opción de haber disfrutado del que pensamos que hubiera sido un grandísimo concursante desde el punto de vista de la supervivencia conviviendo con ese grupo de compañeros tan distintos a él, que lo hubieran moldeado a golpe de grandes momentos televisivos de esos que tanto le gusta emitir a la cadena para la que trabaja concursando,  que no conviviendo, ni sobreviviendo. Ahí tenemos los tres pollos que consiguió Abraham, sí, pero que los metió la productora por salvarguardar un poco la mala conciencia de un chivatazo a destiempo del concursante malogrado no en pinzamiento sino en estilismo de solidaridad necesitada de supervivencia.

     También escribimos tarde, nos leerán tarde igual que nos leerán pocos, porque en este blog nadie nos paga por madrugar ni por tener una historia que leer a la hora en punto de poner el engranaje en marcha, pero aún así disfrutamos porque escribimos para nosotros y si llegamos a pocos no significa que seamos mejores, como ese Abraham tan perfecto superviviente al que le restan injustamente la fama, no, porque a nosotros también nos resta la fama un escribiente desde un palafito y no por ello significa tampoco que él sea mejor, las cosas parecen como devienen y en la cadena nos venden una Rosa Benito portadora de noticias en misión ultrasecreta como si su ex-o es-marido fuera a ser escondido bajo siete llaves en el fondo del mar como un margarito sin deshojar, ese Amador tan injustamente tratado por la cadena y que concursa absolutamente discriminado por ese enredo mediático que da los peces a redes llenas al mar de la productora, quieren hacer del Amador concursante un monigote al que tirar a dar para reventar audímetros, pero el concursante tiene vida propia que va por su cuenta y está concursando de una manera tan original como nunca se ha visto hasta ahora en edición alguna, y es tan buen compañero dentro de las fronteras de arena y playa, ese lugar donde el resto no tiene que justificar los monigotes pegados una y otra vez a traición en la espalda, un Amador ensalzado dentro de las arenas y que fuera, mucho más grande el territorio y más poderoso, le van cazando como a ratón con arpón con los parámetros desubicados en un plató de televisión desde hace años y que lo está perjudicando absolutamente dentro del concurso. 

     Yong Li tiene más de setenta mil seguidores, le hemos preguntado cuántos tenía antes de empezar el concurso pero aún no nos ha contestado, seguramente como mucho serían diez, quince o tal vez veinte mil. Amador Mohedano tiene 761 seguidores. Si ese Amador hubiera entrado con todas las ventajas anónimas del resto a efectos repercusión mediática de las vidas de cada uno, ahora tendría tantos o más seguidores que ese chino vasco que nos encanta, porque el cucharón, sus máximas, su edad y su tranquilidad para convivir con la sabiduría de un hombre simpático y con la picardía de un vividor ilusionado hubieran disparado a la afición, frenada irremediablemente por los enemigos que lo destrozan día a día y que han hecho de él un monstruo que tiene que resurgir desde los más profundo de los infiernos, como esa Conchita Ganadora del pasado sábado en el festival de Eurovisión.

   

      Una Conchita sin cables que llega metafóricamente a un Amador incapaz todavía de desprenderse de esos cordones umbilicales que lo tienen atado a la máquina de generar dinero a costa de humillarlo y hacer de él un insecto despreciable al que se puede pisar sin pestañear siquiera.

     Su única ventaja ha sido el caché, pero esa ventaja también la ha compartido una Bibiana Fernández que, como el chivatico, nos ha salido rana. Y Amador es un príncipe de verdad, porque fue a la isla convertido en sapo por la misma cadena que ahora quiere que su princesa más rentable se acerque a él con  un mensaje exculpatorio de morbo y amores en la forma pero todo lo contrario en el fondo, como nuestro margarito con sus siete llaves y sus siete olas esperando a su Rosa, él no entra en el juego, él quiere de verdad que surja el beso que deje a otros contentos, con dineros, audiencias y vidas ajenas, pero a él le va a llenar de esperanza su alma de sesenta años amando. Porque Amador no quiere comprarse una vida, quiere recuperar la que tenía, quiere el destino de siempre otra vez en su camino.

     Y aquí llega la segunda parte, querida Rosa, Amador tiene para ti la séptima ola... y nosotros necesitamos conseguir un tiempo para contártelo, porque Amador desde la isla te está esperando con ilusión, pero si esa ilusión se torna en lo que no quería, tendrá cuando vuelva al menos, si las encuentra, estas líneas para animarlo, las que ahora vamos a escribirle con un cariño que se está ganando día a día con su concurso, una segunda parte con siete olas de fondo y un merecido reconocimiento, segundas partes que sí serán mejores, y más reales que las de un Matamoros falso además de chivato, que se ha comprado una vida para salir en la tele como su papá, que primero dice que se filtra en la isla información del exterior, y después filtra él mismo información del interior, tan falsa como la moneda con la que se ha comprado su nueva falsa vida, vendiendo lo que le mantenga menos aburrido posible, cosa difícil, pero que cree conseguir bajo consejo experto diciendo que Amador sólo habla de Rosa si está el piloto encendido, y dále, otra vez, y otra, y otra más, que nos enteremos bien.

     Sin embargo en la isla, esas mujeres que lo escuchan con atención durante las horas que conviven día a día dejaron bien claro en la palapa, cuando el presentador preguntó, que Amador está hablando de Rosa continuamente, a todas horas, y eso, sólo lo hemos visto una vez, en la Gala pasada, y todavía  no lo hemos leído en ninguna parte, y ahora toca. Aquí, porque nosotros tenemos una ilusión, la de Amador, y queremos compartirla.