LA FARSA DEL 24 HORAS

   

 Hemos pasado de los dos minutos del límite al debate de las cuatro putas horas.

     Muchos defienden con pasión el formato de 24 horas culpando de toda la manipulación a los vídeos editados que ponen en Galas, Debates y Límites, los espacios televisivos donde se condiciona al público para orientar el voto en un sentido u otro.

    El otro día hablaba del Límite de la pasada semana en el que todo resultó paja menos los dos últimos minutos, aquellos en los que Antonio Sánchez Casado le recordaba a Rosa Benito que el abandono de Julián Contreras no fue consecuencia de una disputa con Carlos sino que más allá estaba también Raquel Bollo, por lo que sea, comentó, no os liéis ahí...

     Y esta tontería de los dos minutos se ha convertido en la gran verdad de la farsa del Debate de ayer. Los programas de los Domingos y Martes no están de adorno, ni siquera están para condicionar nuestro voto, ni siquiera para mover los datos de audiencia, para ellos sí, claro está, para mí son la clave de la puta realidad, de la farsa real, no de las farsas que convierten en inaguantables a presentadores y colaboradores sino de la farsa del 24 horas, está toda ahí fuera, la verdad del concurso no está en la casa, está fuera, en los platós, no hay más que leerla. Y ni siquiera entre líneas, se trata de ver clarísimamente a través de todo aquello que ocultan.

     Esos dos minutos que resalté el otro día, ayer se convirtieron en el Debate de las cuatro putas horas. Un Debate donde la nonimada principal de esta semana, primera vez nominada y con todas las papeletas para ser expulsada no fue ni mucho menos la protagonista de la noche. De qué se jactaba Luis Rollán si su defendida va de mueble hasta con el 60% de los votos pidiendo su expulsión. Decía que lauristas, potorristas y pantojistas apoyaban la expulsión de Alejandro Nieto y luego dudaba por su gran diferencia con los otros dos restantes si el porcentaje mayor era de Alejandro o Carlos. 00 ?. ??. ???????????? Anda que. Es lo que tiene disimular eso de que si no sale su impresentable amiga con el noventa y ocho por ciento de los votos es porque primaba el veto de los faltos maltratos por el plató que cortaba el aire y las lenguas, la suya inclusive, que parecía un ridículo afilador aprovechándose del silencio impuesto en cada navaja. Esa chulería fardando de amiga. Amiga de qué. Amistad real con Laura Matamoros, decía el cada vez má insoportable defensor de la Bollo. Pero no iba mal encaminado, nos quería meter en vereda, sí, pero en el cruce hay que coger el otro camino, el de los expertos trafulqueros que hacen de la inmoralidad el pan suyo de cada día. Ahí que no dude nadie de la gran nueva más mejor amiga de la Bollo,  que como la Pantoja ya le ha dado la patada ahora se ha agarrado a la pata de Laura Matamoros y cuando salga será ella el motivo de todas sus nuevas apariciones por las tardes porque ya tenemos confidente mayor con la Esteban relegada a un segundo plano. Cuando entraron en la casa con qué habilidad se pegó a ella hasta el punto de no dejar a la Benito ir más allá acaparando el territorio de agarra pata izquierda y agarra pata derecha para ella sola.

    Ayer recordé a Belén Esteban y las pocas ganas que ponían los compañeros  en nominarle, ¿y si hay concursantes a los que se les invita a no nominarla? -me pregunté tantas veces. Era infinitamente más sencillo que dejarse la piel y las tripas  salvándole por decreto impositivo,  que casi se carga la cadena y  se decretó también luto gehachero en todos sus programas y como buen buitre ahí está ahora Matamoros que se aprovechará de las migajas. Y es que aunque Kiko Matamoros trague como todos, su posición actual está muy por encima de una Esteban a la que no soporta y es el único que ha sido capaz de destaparle tibiamente tras esos grandes arrebatos de chulería incontrolada. Gracias a los cuales tengo mi final de concurso en el blog predestinada al igual que ellos con sus cartas. Amañadas, de las que no fallan.

    Lo de rojo de la Esteban es calcado a lo de limusina de la Roca. No es casualidad, no son Belén Roca y Charlotte Caniggia especialmente importantes y queridas para que les pongan un coche de lujo de color de rosa y vestidos de princesa para entrar en plató como en un cuento de hadas donde un cepillo de mierda se convierta en el príncipe azul por arte de magia.

     Son el resultado de un trabajo muy guionizado para que el tema de los maltratos de Raquel Bollo quede totalmente opacado por las indignaciones de las masas moldeables y previsibles a las que ayer se les volvió a cerrar la boca con esa hermosa y larga zanahoria rosa ante el hecho inevitable del protagonismo que estaban obligados a tratar con una Raquel Bollo nominada por primera vez y además compartiendo nominación y tema de maltrato con el también nominado Carlos Lozano.

     Raquel Bollo se excedió en el concurso hasta el punto de haber tenido que ser expulsada por jugar miserablemente con un tema tan escabroso de manera tan sucia y rastrera que no encajaba con todos los hipócritas meses plagados de causas de la cadena.

       Salió de rositas ya una vez.

     Y ayer de nuevo, más que nunca, pero no están protegiendo a la Bollo, que poco les importa. Ella no es la vaca de la leche merengada, protegen la barbaridad cometida que había que ocultar como fuera.

      Y de repente un cepillo.

      Y de repente de nuevo otra vez de lo más de repente el mismo cepillo paseando en limousine.

      Protagonista absoluto de todo el Debate. Hasta la una y pico de la madrugada, entonces ya salió, por fin, el tema de la nominación de Raquel Bollo. Para qué. Paraguayo. Para nada. No. Fue para promocionar el cante de su niño flamenco. Canción del niño, bailoteo de su madre, que le comía tó... su corazón, bien corregido porque la actitud más parecía la de una Aguasantas enamorá que la de una madre con perejil. El caso es que los malos tratos fueron solventados con cepillo y cantar flamenquillo del niño y todos para la cama.

    NI un sólo colaborador mencionó el maltrato de las naranjas. Cuando no le quedó más remedio a Belén Roca que mencionarlo fue disimuladamente cortada para seguir con más tonterías. Harinas, canguros, boticas.

    Pero la verdad estaba ahí fuera. 

    La verdad no está dentro de la casa.

    El cepillo de dientes apareció más que oportunamente. Le ha salvado al programa de la quema en las redes. No se habla de los maltratos, se habla del cepillo. Pero para que esto fuera así la guarrada tenía que ser impresionante, no valía con meter el cepillo en el water, no. Había que lavarse los dientes con él. Y no valía con castigar a la culpable, no. Había que pasearla en limusine. Es simplemente otro efecto especial para tontos de baba. 

     Un reenganche. 

        Belén Roca no ha sido tratada como culpable, ni relegada al destierro. Ha sido recibida como la gran heroína que les ha resultado. ¿Quién entre los presentes dentro de la casa hubiera estado dispuesto a ejercer de villano para levantar polvoreda, tapar malos tratos y ser vilipendiado? ¿A que parece increíble e inconcebible que alguien esté dispuesto a asumir un papel de cerdo y repugnante malvado ante los ojos que quienes observamos la actuación como si de la mismísima realidad se tratara? No es para tanto, señores. Tenemos que quitarnos de nuestra piel y pasarnos a la suya. No deja de ser el modus operandi durante cuatro largas horas una tarde tras otra, trasladado a lo que es, que no es sino lo que ellos quieren que veamos. Lo mismo que ellos juegan al que dicen que dices que ha dicho pero en mi versión de experta indignada para nada. 

    Belén Roca. Tal vez elegida por el apellido, tal vez por la ambición. Recibida al clamor de los vítores incomprensibles y próximamente pagada con un nuevo reality una vez fallido el honor de la familia en éste.

 Y mientras la realidad se debate del verbo entre la vida y la muerte dentro de la casa, tenemos un Carlos Lozano que también nos está mintiendo al respecto. 

     Es la clave de todo esto que estoy pensando, una limousine y un Carlos mentiroso en la retaguardia. 

¿Por qué insiste en que notó que el cepillo estaba más duro? Eso no es cierto, es una excusa, no nos dicen la verdad, y encima cuando le insisten que afuera se sabe y se han visto las imágenes de cómo se limpia los dientes con el cepillo metido en el water, no lo admite porque él notó que era más duro. Pero de qué clase de paquetón estamos hablando para tanta dureza.

     Nos está mintiendo porque nos quiere hacer creer que se metió el cepillo rosa en la boca como si fuera el suyo de todos los días, y tira para adelante con la rutina. ¿Dónde están las imágenes de Carlos abriendo el neceser, sacando el cepillo  y preguntando quién ha tocado su neceser, dónde está su cepillo, qué hace un cepillo rosa entre sus cosas,  yendo a preguntar al Super indignado, dónde, eh dónde están esas imágenes?

     ¿Y las de las dos rubias metiendo el cepillo en la taza, dónde están? 

     ¿Y si cogieron el cepillo, entraron en el baño e hicieron como que mancillaban las cerdas para devolverlo sano y salvo a la boca de su dueño? 

    Vendiéndonos la humillación del concursante para tapar la verdadera humillación del concursante.
    

     Raquel Bollo no ha vuelto a montar ni una sóla bronca más con excusa alguna. Su estreno fue un rotundo fracaso, se le fue de las manos la idea de discutir y armar follón para no seguir los pasos de la Benito. Me revienta que diga que el público tuvo la oportunidad de nominarla y no lo hizo. Otra puñetera falsedad donde solamente se podía votar a un concursantes en vez de los tres, dos y un puntos de rigor, lo que hizo que las dos viejas del visillo formaran paquete siendo la principal la cabeza visible. Ella siempre será una secundaria y lo sabe y hace de ello su motivo de vida igual que Julián Contreras lo hace con sus penurias de dar mucha pena.

     Dejó de atacar a Lozano por ahí radicalmente. Por ahí no. Y saldrá. Pero no es más falsa que cualquier contertulio de ayer noche que podía haber alzado la voz nuestra desde su boca mentando el tema vetado. Ni más falsa que el guión preestablecido entre los que concursan sabiendo que su concurso es pura televisión. 

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   Alejandro Nieto es real y está sobreviviendo sin falsedades de eslabones que parecen perdidos pero que no terminan de soltarse del todo de la cadena. Está concursando entre una jauría de perros amaestrados por el dueño. No tiene padres ni padrinos, sólo sus armas que son un mísero sueldo y el sentido de la amistad y lealtad nacidos de una convivencia de verdad, la única convivencia real que percibo dentro de esas paredes. 

    Solamente Alejandro está indignado porque Carlos Lozano se haya comido la mierda, como él dice. Solamente él se altera y se cabrea de pensarlo. Nadie más, solamente él, que todavía se indigna más y más ante la pasividad del propio Carlos Lozano. 

     Porque Alejandro Nieto es el único que nos representa.

   Algo falla, y es la realidad