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... ¿esto va a más, cada vez a más...? CUIDAO... a ver si en vez de maltratos va a ser menopausia galopante... |
Qué habría querido decir Raquel Bollo al Super en el confesionario con estas enigmáticas palabras... cada vez a más cada vez a más pero el caso es que no hemos visto más, ni siquiera hemos sabido si ha recibido el más mínimo reproche por querer dejar de maltratador a un hombre en absoluto agresivo... así que hemos pensado mucho sobre un tema tan grave porque es lo que importa en medio de todo este berenjenal de chanchullos televisivos y hemos llegado a la siguiente conclusión: a ver si esto que ha indignado tanto a las masas cibernéticas no ha sido más que una falsa alarma equivocada... ¿y si Raquel Bollo habla de una menopausia galopante en vez de unos repugantes maltratos a modo de cargarse al que le dijeron favorito y de paso evitar que le sacaran de la casa como sacaron al último mueble tan caro como inservible con la misma tara de fábrica? Atentos...
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marta gh16.-.nótese la diferencia |
Pues puede ser, oigan. Si viene
Luis Rollán, defensor de su gran amiga con cero sentido de la crítica el rollanito, algo que nos parece repugnante en este tema, le diremos que donde tal vez le parezcamos crueles por jugar con los recuerdos de una mujer maltratada nosotros vemos a una
aprovechada de sus maltratos para acusar gravemente de lo que no es a un rival suyo en el concurso con la sola intención de largarlo y seguir ella con sus jornales semanales intactos. Quién podría pensar algo así,
como lo de querer dejar a Aguasantas de ladrona a toda costa, delito también, por cierto.
Efectivamente, nada que ver con menopausias ante estos s
ignificativos resultados donde lo lógico es que un cepillo de dientes enmierdado se lo pasan los que han sido
iluminados con la visión del maltratador por donde se bareman las importancias:
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votaciones en las páginas oficiales de la cadena
la víspera de expulsión, miércoles 9 de febrero a las 14 horas
porcentajes ciegos votaciones reales
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Hoy Jueves día de expulsión: Carlos Lozano 48% Charlotte Caniggia 44% Da igual lo que digan los porcentajes reales, en las páginas oficiales siempre marcando paquete con chulería ahora para un lado ahora para el otro con tal de arrascar un miserable céntimo a costa de lo que sea.
A pesar de que dicen que en el 24 horas está la libertad, la apariencia de lo que ésta parece pero no es asoma por Galas, Debates y Límites, a los que es imprescindible acudir para descubrir la auténcia realidad de esta farsa llamada concurso. El largo programa del martes nos mostró durante tres horas largas el devenir de los concursantes dentro de la casa, dímes, diretes, falseríos, traiciones, pero la realidad que importa está en los últimos dos minutos, resultado de una conexión con el directo donde Rappel y Carlos discuten por el contraalegato que se ha marcado el adivino en el que dice que Julián Contreras abandonó la casa por culpa de la bronca con Carlos.
Estén atentos, que esto lleva a Raquel Bollo y su perfecto discurrir por el nuevo formato una vez blanqueado de malos tratos e histerias de la ex-maltratada jugando peligrosamente a que le estaban maltratando de nuevo. El problema es que se ha silenciado bajo reuniones en confesionarios el tema, cortando de raíz bajo la expresa prohibición de seguir por ahí, por ahí no por ahí no, pero han olvidado dentro de los arreglos las votaciones que repercuten a Carlos Lozano para salir expulsado, que aún cepillándose los dientes con el cepillo que su rival Charlotte metió en la taza del water como si fuera una escobilla, está perdiendo la partida con ella en vez de ganarla por goleada.
Olvidémonos de los sorpassos que tanto les interesan para jugar hasta esta noche en el último momento en el que Carlos será salvado y centrémonos en la causa por la que Carlos arrastra este rechazo en las masas que conforman la audiencia así como en su culpabilidad por la que el apabullado Julián Contreras tuvo que abandonar la casa.
Todo esto son dos minutos, los dos últimos del Límite, por si quieren curiosear un poco por los detalles que se escapan a los controles perfectos.
A estos dos minutos, reflejados a continuación, hay que sumarle un comentario de Raquel Bollo en el confesionario hace unos días en el que dijo sobre Carlos la palabra agresivo y añadió inmediatamente "en las palabras", agresivo en las palabras, para seguir departiendo con el Super de sus cosas de las penas y los lloros tan grandes que le entran pesando en los suyos.
Raquel Bollo ha sido advertida en petit comité, en privado, sin que nos enteremos, advertida en vez de castigada merecidamente por la gravedad de sus actos, echó a Julián Contreras porque fue ella quien lo desquició y echó a Belén Roca por que fue ella quien le calentó el tarro ya precalentado por defecto sobre los malos tratos y el salvaje Lozano, pero ahora, todo reconducido desde la intimidad que no vale para salvar a Lozano de las graves acusaciones, Raquel Bollo progresa adecuadamente.
Si se han fijado se habrán dado cuenta de que desde aquella naranja ya no le ha resultado necesario montar bronca alguna para victimizarse convenientemente a partir de cualquier nimiedad. El mismo Carlos pero ya no ve cosas raras la señora Bollo.
Raquel Bollo se alegra la que más de las dos nuevas entradas. Son la mejor noticia para su único objetivo que es el de cobra semanalmente sus veinte miles y además podrá mantenerse al margen de las miradas curiosas.
Porque las ínfulas resaltatorias ya se le han bajado. Ella, al loro de todo cuanto pasa y no dejando pasar una, mantuvo su posición discreta e indignada de mueble mientras le pagasen sólo hasta que su compañera de estrategia fue largada de inmediato por la puerta. Todo cambió aquel día que salió la Rosa Benito que no se dejaba ver, igual que no se dejaba Raquel Bollo, nominada por el público y expulsada sin compasión.
Entonces había que hacerse notar, las broncas era lo que clamaba la audiencia además de sus superiores, ya le dieron el toque con Aguasantas, bien que podía haber destacado con ella, pero no estaba ella para aguantar verdades como puños y tragó lo que no estaba en los escritos con tal de que su ex nuera no dijera ni una barbaridad inconfesable de su maravillosa vida. La cobardica de la Bollo, una ogro sumisa y acojonada, ante el poder de las verdades que posee Aguasantas.
Así que llegó la escaleta de las naranjas. Zumo para dar y maltratador a la vista. El espectáculo fue bochornoso. Perdió el control. Actuó bajo ataque de histeria real como una verdadera mujer maltratada en aquel momento. Sólo fue cuestión de revivir sus pasados y proyectar sus falsos malos tratos en la persona de Carlos a través de las cámaras de la cocina que le estaban grabando por todos los ángulos.
Ningún compañero que tanto le quieren acudió por su bien para instarle a que no entrara en esa batalla que ella misma estaba creando.
Todos de miranda.
Excepto Julián Contreras que entró al cepo de la Bollo y le costó un disgusto en el confesionario ver su mente abollada, abollada de abollar y abollar de la bollo abollando. El disgusto consistió en que su fragilidad mental se resintió hasta el punto de que la Dirección de la Supervisión del Super decidió que debía dejar la casa. Y aquí una ingenua soñadora pensando que la decisión había sido tan honesta por parte del muchacho hasta el punto de renunciar a esos dineros tan abultados que le daban cada semana. Si por él fuera hubiera seguido. La Bollo se lo cargó utilizándolo de pistola fosforita que se viera bien para machacar a su rival.
Por ahí no, dijo una vez Julián Contreas. Una y otra y otra, pero ni Carlos ni Fran ni la revista Lecturas le hicieron caso.
Seguimos con Raquel Bollo. No sólo acusó a Carlos Lozano de maltratador sino que instauró la creencia de que así era, por abducción o conveniencia -igual da-, por toda la casa. Y de ahí llegaron las Rocas machacando y los cepillos untados en caca de concursantes.
Raquel Bollo es el detonante de lo del cepillo. Detonante, apunta Luis Rollán.
MOLESKINE DE LOS DOS ÚLTIMOS MINUTOS
Ya todo esto se ha cortado de raíz. Ya no queda nada de aquellos ataques. Fue un espejismo. Certificado y firmado por los colaboradores del Límite ayer noche durante los dos últimos minutos.
Ya Raquel Bollo se ha calmado y ahora es feliz ejerciendo de mamá. Ya no entra en las broncas, ya no es agresiva digo puntillosa. Qué cosas.
Si no fuera por ese porcentaje más alto que lleva el pobre desgraciado al que según la cadena que le quería vengar por el agravio de lo del cepillo pero le tiene enfilado en la puerta más abierta para mandarlo a la puta calle en sus páginas oficiales, si no fuera por ese porcentaje pensaríamos que todo fue un terrible sueño.
Observen...
A raíz del contraalegato de Rappel en el que le dice a Carlos Lozano que Julián Contreras su fue por su culpa, todo aquello de la bronca por las naranjas, recuerdan, pues aquí ya se advierte el cambio con la pasmosa tranquilidad en el directo de Raquel Bollo ante lo que ella reclamaba como agresividad de Lozano que le dice a Rappel: "que tú a mí me digas que Julián se fue por mi culpa y si se ha ido por mi culpa que no se metiera en las broncas que no le correspondían".
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Raquel Bollo sufriendo inevitablemente en este tipo de situaciones |
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acojonada se le ve, será un efecto óptico no parecerlo, como el de Rappel pareciendo pelín más agresivo que Carlos Lozano, anda que |
Esto sí que es un cambio de escaleta. Donde manda dirección no manda concursante y luego Raquel Bollo nos vende que Carlos Lozano ha cambiado.
Mientras tanto en el Límite, la hija de Rappel dice que Julián Contreras dijo
muy elegantemente que no fue culpa de Carlos pero que sí fue el detonante.
Y manda narices que raudo y veloz se le escuche de fondo al defensor de Raquel Bollo decir textualmente: "La frase exacta fue Carlos ha sido el detonante, no ha sido el culpable, pero fue el detonante...fue lo que dijo... "
Que venga a decir esto el defensor de Raquel Bollo en vez de caérsele la cara de vergüenza más a él que no tiene pérdida de perspectiva alguna... Y aquí queda constancia por lo mucho que molestó a Carlos Lozano llamando sinvergüenza también a Rappel.
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"qué suerte esta gente no tiene deudas, yo flipo todo pagado, qué suerte madre mía"
Belén Esteban (potorra de humildes sueldos) |
La controversia está servida, pero en plató se corta rápidamente, no sin antes la intervención de Belén Esteban con su gran dominio del concurso que nos deja este simpático comentario del pueblo al respecto:
A
Ion Aramendi le parece injusto además de falso decir que Julián Contreras abandonase por culpa de Carlos, es decisión unilateral abocada por su propia fragilidad. Y entonces surge el sí no sí no y Rosa Benito da una opinión menos espabilada de lo que debiera:
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una pelea... así se decisió.. uy perdón |
Y mientras corren los créditos igual que corrían rápidamente nada más proclama la invicta ganadora de la pasada edición, acojonaos perdidos, Antonio Sánchez Casado dice: "por Raquel estuvo a punto de abandonar Julián, Rosa"; "porque se sintió mal por un comentario" contesta Rosa, "por lo que sea, por Raquel en una ocasión, por Carlos en otra... no os liéis ahí..."
Sobre la Bronca de la Bollo maltratada ya se ha corrido un estupendo velo.
Pero Carlos tiene el 48 %
MOLESKINE REIVINDICATIVO CONTRA EL PROTOCOLO
¿Y quién corrige ese 48%?
La actuación de Raquel Bollo, sin expulsión, ni siquiera sin amonestación, ha sido relegada al olvido y nos han dejado de migajas las ganas de venganza a cuenta de un cepillo de dientes.
Todo olvidado por si las causas, pero quienes votan para expulsar no lo han olvidado y Carlos está a punto de salir porque ya lleva encima la falsa patraña de maltratador mientras Raquel Bollo pace tranquilamente con su camada bien adiestrada, sin una puta disculpa ni el más mínimo remordimiento.
Carlos Lozano, el favorito de la audiencia hasta que la Bollo se metió por medio.
Carlos la verdadera víctima de la AGRESIVA Y SINVERGUENZA APROVECHADORA DE SU PASADO.
Quedó evidente pero no se hizo nada.
Y como no se castigó a quien originó la verdadera agresividad jugando con la lástima de su pasado queda lo que queda.
Y tal vez este Carlos Lozanos que nos recuerda continuamente estas reminiscencias hasta les estorbe para seguir concursando.
Siempre con el sorpasso en la mano para decidir ellos en el último momento.